octubre 03, 2003

Ya no me duele el alma, sólo el estómago, ese pepián estaba destinado para mi mal, justo hoy, día dizque importante por el simple hecho de que LA erróneamente llamada espejismo demostrará no ser tal. Creo que tengo el cerebro bañado con jugos gástricos, ojalá abundes en plantas medicinales.

Actualización
No es el pepián, son los nervios.

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