octubre 24, 2003

Cuando uno piensa olvidar es peor, tus pensamientos te tragan, te agobian, te dan vueltas frenéticamente hasta dejarte exhausto, y ahora temo volver a cometer el error de escapar, al menos hasta recobrar las fuerzas no lo intentaré. Es que el destino parece que se burla de uno, soy su lorna, una y otra vez me la pone allí, no es necesario evitar mirarla, me tortura dejando correr el tiempo para escribirme de sorpresa, tan seca e indiferente como lo puede llegar a ser, lo que es peor, busco su rostro en cada lugar, en cada rostro femenino, a veces lo creo encontrar camuflado, con cabellos negros o labios delgados, pero nunca igual, hasta hoy.

Cuestiones de la vida, diría yo, tenerla en la mesa al frente mio y yo sentado justo para mirarla y ella a mi, como si algo hubiera acomodado esa situación, era la misma, el mismo cabello, los mismos ojos, la misma sonrisa y hasta los mismos labios, no entiendo cómo puede ser así, quería engañarme y pensar que era ella y el tipo que la acompañaba más que un tipo, pero no, mi mente no se la cree, sólo se limita a retroceder, el mismo polo granate, jean y hasta diría el mismo color de piel, estaba nuevamente en la cafetería de educación con ella también al frente y yo conteplándola de reojo, como siempre ha sido y como siempre será, regreso de nuevo a mi tiempo y espacio, debo irme y dejar a su doble, tal vez se lo mencione uno de estos días, cuando recuerde que existo.

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