septiembre 11, 2003

Jueves y se vuelve a acabar la semana, dejando poco para la reflexión, como que comento con algo de resignación, para empezar me torturo a mi mismo recordando cosas que no debería, hurgando mi baúl de recuerdos y sobre todo en ese rincón oscuro y prohibido que conforma el big bang de frustraciones, odios y miedos, lo cierro rápidamente pero ya dejé salir esos espíritus que se apoderan de mi ser, tornándolo hostil y capaz de realizar mucho o nada, sólo dentro de mi, aquel vano deseo de arrojar todo por la ventana, incluyéndome, es cada vez más atroz, pero debo devolver a los demonios a su lugar, con el sueño basta y a veces pensando en ella.

Mis ojos se caen por la pesadez post-almuerzo, mi cabeza empieza a dar vueltas y ni siquiera he pensado en probar alcohol, (a pesar de ser viernes chico), los latidos que irrumpen una y otra vez golpean con más fuerza, todo yo me retuerzo entre los dolores de mis propios chicotazos, desgarrando la carne de mi alma y haciéndola llorar, pidiéndome piedad por no hallar lo que no se puede, castigándola por tentar acercarme a sus brazos y creer que aún es posible, sin embargo la dejaré vivir... a veces no entiendo por qué lo fácil se me hace difícil, tal vez porque me aburre saber que puedo hacerlo y me aterra el darme cuenta que sí era imposible.

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