mayo 31, 2004

Las 10 cdras que había caminado me resultaron pesadas, 30 minutos diarios bastan para evitar los achaques del stress por 8 o 10 horas 'borrando la raya' en el trabajo, pero el nerviosismo pueden añadirle a tu contextura, ('qué flaquito eres!!!'. me dirían luego), unos cuantos insoportables kilos de más con una casaca entre mi piel y el ligero sol que hace que empiece a picarme todo el cuerpo, sucede que soy alérgico al calor.

Voy caminando por una avenida, llena de relucientes Peugot, nunca pensé que fueran tan abundantes por esta zona de Lima, así como los station wagon son sinónimo de taxi, aquí los 205, 405, 305, etc, lo son de clase y status, estúpido status. Cruzo una avenida principal, más autos, y en medio de la pista, indigentes usan sus mejores sonrisas para obtener un par de monedas, llegará el día que ellos llenarán estas miraflorinas calles y la gente sólo se desplace en carro con lunas polarizadas para evitar contemplarlos demasiado tiempo y llenarse de compasión, o perder esas moneditas que no les hacen ricos ni mucho menos más pobres.

Al fin logro divisar a aquella persona con la que esperaba encontrarme luego de un par de llamadas telefónicas, no sé si sonríe por nerviosismo o porque piensa que está jugando, y así, permanece constante durante todo el rato que vamos caminando hasta llegar a su departamento, no me importó cuando se refirió a mi contextura y creo que la pasamos bien, una tarde normal, como quien va a almorzar, obtienes un poco de sexo y una amistad, (no, no fue al reves), y no es verdad eso de que luego de tener sexo con una chica por primera vez le ves todos sus defectos, yo sabía que era estrábica desde que lo empezamos hasta que lo terminamos.

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