Mi hermano sufre de aprendicitis, todo lo que evoque libros y largas jornadas de concentración sucedánea es motivo de achaques de viejo en plena adolescencia, le encanta extenderse, o mejor dicho desparramarse a lo largo de su cama, eterno cansino, cuenta ansioso durante todo el día las horas que faltan para continuar con el sueño y a veces en las tardes apura el deseado momento haciendo un preámbulo de su encuentro con lo onírico.
ültimamente sale a caminar en las noches para no "aburrirse", y a veces tarda en regresar, en lugar de mandarlo a la cama más temprano, ha hecho que acorte su labor de contador de ovejas, más de uno en la casa, especialmente mi tia, sospecha que su repentino cambio no es por la euforia recién despierta, propia de su edad, incluso ya estamos esperando el momento que toque el timbre y se anime a presentarla.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario