En el tráfico atroz está la respuesta que no llega, el abandono que la angustia severa ciñe contra la pared argumentando razones inaudibles, se estrellan como un mar de definiciones inconclusas, se abrazan a la soledad, al terror de ver tus manos quebrando el sosiego de un aire ajeno dibujando una caricia, en cada paso, un pensamiento sonando al ritmo de los que vienen, desesperado los ví acercarse e irse inevitables por detrás mio, lo mismo daba tener líquido en los dedos, la diferencia está en eso, en el escozor caliente de oídos por confirmar que "no hay marcha atrás" y así empezar el año, cavando tumbas todos los fines de semana, solapando fechas presentes con pasadas e imitar sin éxito a la máquina del tiempo, ¡maquinita dañada!, ¡maquinita maldita!, da lo mismo hablar de lo que es, lo que fue y lo que vendrá, merde alors, hasta dar vuelta sobre mis pasos, oportunidad que me será otorgada poco antes de irme al oscuro sempiterno, y esa vez lo haré todo bien, o más bien será mejor no intentarlo.
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