febrero 21, 2008

De las luces

Te pregunto... ¿Por qué prendiste tantas luces?


...ahora no sé cómo apagarlas


...y con el recibo que viene tan caro en estos días.

febrero 19, 2008

I am blue

Estoy azul y no es una enfermedad. Miro el cielo y también es azul, si bien para la gente es precisamente lo contrario: Sonríen más, hacen más planes y alguno que otro se queja del calor que sofocantemente los alegra.


Estoy azul, en las noches cuando las estrellas se dejan ver como pocas veces en el año y las nubes asoman de a pocos en la bóveda, cuando puedo caminar libremente entre las sombras, casi sin importar que alguien me observe mascando mis espinas, casi al lado de los besos de los amantes, debajo de los árboles o en los pasajes donde no llega la modernidad en luz de farol.


Estoy azul y no sé qué noche cambiará el color, me pregunto eso sobre todo cuando veo ancianos llevando sus canes o canes llevando a sus dueños, cuando me encuentro con Gustavo, sus cincuenta años a cuestas y su mirada perdida, el semblante vacío, un aura que despide olor a ron y esa enorme duda que le brota en el rostro, una que quizá se parezca a la mía.


Estoy azul y no quiero llegar a los cincuenta, no quiero tener el rostro de Gustavo, no quiero oler a ron, no quiero pasear con perros, no quiero seguir mirando al vacío y haciéndome las mismas preguntas que tienen el color de esta noche infinita, donde las estrellas son apenas paliativo debajo de un farol que nadie arregla.

febrero 03, 2008

Personalidad

"Ese es un carro con personalidad!!!!, como para ti", señala Juan Carlos el auto nuevo, es color azul metálico y brilla como el charol de sus zapatos, las bolsas aún cubren los asientos, pero las puertas están abiertas por si alguien quiere sentarse y a la postre, quedar atrapado en esa red de sueños que se va tejiendo apenas se coge el volante y se cierra la puerta. Juan Carlos vuelve a la carga: "Con ese te volverás más exigente supongo", ¡claro cómo no!, pienso, si ahorita soy tan bueno en esas cosas como Einstein jugando fútbol-americano, con auto temo que no solo se me convertirá en un estorbo, sino que además tendré la preocupación adicional de mantener un modo de vida nada barato, me queda sonreir y... "ah, con esta Belinda cae en un abrir y cerrar de ojos", me dice Juan Carlos, yo sólo miro el volante.

Al cabo de un rato, luego de ver cómo JC gozaba y soñaba con las camionetas como chiquillo corriéndose la paja, salimos del concesionario, seguimos por el camino conversando de autos, (juro que hice el esfuerzo por parecer interesado), y regresamos a la fábrica. Mi intención no es sentirme culpable ni mucho menos culpar a la empresa que hace los coches e inventar una nueva especie de ser humano en un comercial de 3 minutos, pero que me den a entender que mi personalidad es de color azul metálico, tiene ruedas doble tracción, cuesta 17000 dólares y luego recién existo, sólo se compara con quienes efectivamente piensan que se puede comprar en 60 cuotas a una tasa de 2.9 por ciento, lastima comprobar que la mayoría piensa así, (ergo es normal, yo soy el marciano), en especial hoy cuando con JC regresábamos y vimos a Belinda salir de la fábrica -linda-, con ese practicante llamado Arturo en su personalidad hatchback recién comprada.