octubre 05, 2005

2 años

Silencio en exceso, señal de que aprendo a no explicarme demasiado lo que ocurre, un asomo de resignación y dar pasos lentamente hacia la puerta que medio abierta deja penetrar el frio de la noche, mientras las sombras, las sombras se ocultan bajo libros, muebles, estantes, bailan al ritmo del ténue brillo de una vela y oyen mis pasos alejándose. ¿recuerdas sus ojos? ¿recuerdas su sonrisa confundiéndose con el color de su abrigo? sí, sí, incluso queda el mismo temor, el horror de saber lo qué ocurriría y esa maniática resignación a futuro, ahora cuentas los años ya, sólo por momentos es pasado, es inexistente como cuando mi mano atraviesa tu fantasma, en otros es vivir día a día de recuerdos, algo más difícil conforme todo cambia y los calendarios van a la basura, no quiero seguir explicándolo, sólo que suceda como cuando tus ojos me vieron por última vez y como cuando empecé a morir, por primera vez.

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