octubre 07, 2005
Voy a...
Dejar el suelo y engañado imaginar que aún sigues allí, no es lo difuso de tu rostro bajo ese sol de recuerdos, son las tapias llenas de cuadros mirándose uno a otro indiferentes, y en el medio la mesa no llena de tu presencia, (bajito), me increpa equivocada la gran promesa nunca cumplida, ¿cuántas caídas más? ¿cuántas puertas cerradas? ¿cuantos caminos que llevan a nada?, es ahora el silencio un inmenso campo donde el momento es eterno, sin salidas ni escapes, donde debo acostumbrarme, desde tu partida mi reloj se ha detenido, la carretera se va en una vida que no es vida entre cuerpos vacíos que obligo te imiten a la luz de las sombras, dibujo tu rostro en ellos, también tu sonrisa, cuando logro tus labios llega nuevamente la oscuridad, es la casa, la casa... vacía.
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