julio 17, 2004

30 de febrero...

Es sentirse aquel iluso poeta,
en espera de una nimia respuesta
que la vida devuelva a la muerta,
que el corazón ablande a la cruenta

Pero ¿cuándo llegará? me pregunto.
Cuando el sol de cansancio oscurezca

y cada madrugada me levanto
deseando que el día desaparezca

Pero ¿cuándo llegará? me pregunto.
Cuando la lluvia caiga hacia arriba

y cada aurora mi mano levanto
desengañándome con gotas frias

Pero ¿cuándo llegará? me pregunto.
Cuando los pájaros dejen de trinar

y cada tarde todo me estremezco
sintiendo oidos a mi traicionar

Entrada la noche empiezo a divagar,
y esperanzado descubro tu secreto
feliz en el calendario voy a buscar,
por ese día, 30 de febrero.

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