enero 11, 2004

Sí, y ella es ahora tangible, se muestra solícita, te sonríe, incluso te regala cosas por navidad, tú la invitas al cine, la sacas a comer o beber algo e intentas conversar, articular por lo menos 3 palabras sin trabarte y escuchar el rooooollo que ella te pone, algunas veces frívolo, otras muy realista, otras tierna y otras fria, un mundo de situaciones suyas sonaron a mis oídos y un 'cuídate' te lleva al cielo más rápido que si fueras en el Columbia, pq te quemas al regresar. ¿Salir 4 veces es suficiente para conocerla?, el gusto de gastar para sentirla contenta sin que siquiera te duela, algo que no ocurría antes, me atormenta, puedo ser manejado fácilmente, pero eso sí, me revienta que me haya hecho esperar 20 minutos en la última salida, bueno, se justificó y se te pasó.

Algunas de blanco, otras de turquesa, en jean y sin pinturas, sólo con ese desgastado tinte rubio que prometió no volver a acentuar, coronados por sus labios que pueden hipnotizarme a menos que hayan muchas meseras con enterizos rojos apretados como lo fue la penúltima vez, (Pastipizza de la calle de las pizzas, muy recomendable), pero el enamoramiento puede más y evitarte esos incómodos momentos, traseros van y traseros vienen, pero tú eres fiel a sus ojos, a sus labios, a la forma cómo bebe el pisco sour. Eso es vida? bueno, me siento bien a su lado, debe de serlo.

Aprendí algo muy importante, preguntar por teléfono el precio de los platos en el restaurante, batí records la última vez, lo peor, sin pensarlo.

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