Mi vecino ha abierto una cabina de Internet a 3 casas de la mía y muy a pesar de las 4 o 5 que ya existen en el barrio. "El tío", como le dicen todos aquí, es algo avaro, no escatima esfuerzos en lograr la mayor ganancia y el menor costo: Un primo suyo le vendió las máquinas, otro le instaló la red y él mismo se dedicaba a atender a los niños que sólo iban a jugar Gunbound, ¿porno?, no les interesa todavía.
Hace dos meses fue sufriendo una considerable baja de clientes, muy probablemente por las 2 cabinas adicionales que se abrieron a 6 cuadras, pero, casi como caídas del cielo, han llegado de visita la hermana de su esposa y sus dos hijas (chiclayanas) de 14 y 15 años, este, ni corto ni perezoso, las puso a hacer algo "útil". Desde que empezaron a ayudar al cuñadito, el negocio ha remontado una barbaridad, y no solo eso, hordas de adolescentes llegan todas las noches a montar guardia en la puerta del establecimiento, no me pregunten por qué.
Dos cosas buenas han ocurrido, una: las ganancias del tio por este verano serán sustanciosas y la otra: Mañana me voy a Chiclayo, quizá con un poco más de suerte logre encontrar a sus primas mayores.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario