mayo 02, 2005

Antes de

K suele dirigirse primero al sauna, necesita de la cámara de vapor y la fragancia del eucalipto para acomodar sus neuronas, convirtiéndose esto en un afinamiento rutinario al motor que lo mantiene contento. Ya dentro, mientras contempla las lozas adornadas de variados motivos, recuerda con sencilla gracia la primera vez que casi se asfixia por tanto humo alrededor, necesitando ser tranquilizado por Jo, que con el donaire de su sonrisa y la generosidad de sus traviesos senos escapándose de la toalla, K encontraba un buen motivo para no preocuparse, fue la única vez que sintió esa odiosa falta de respiración y la primera de muchas que Jo lo acompañaría.

Aun la recuerda en el hall, sentada parsiomiosamente frente a él en un sillón naranja, donde la empezó a encontrar todos los domingos que podía asistír, ofreciendo su disponibilidad y fina coqueteria. Jo no llegará nunca al punto de una Helena, pero para K eran suficientes una o dos palabras que ella pronunciaba así como un ligero descuido de aquellos muslos para que sus ojos se apresten a darle caza a esa íntima y blanca prenda que la luz del sol no osa alcanzar, lográndolo siempre y deseándola más, Jo se daba cuenta de la señal que confirmaba el momento de iniciar la sesión, lo tomaba de la mano y él se dejaba llevar.

K procura no extenderse más de una hora, sabe lo poco adecuado que resulta abusar de ciertos placeres justo en estas épocas, así que evita que lo atrape ese agradable vicio, y dado el tiempo, escapa de los brazos y muslos de ella dándose por bien atendido, Jo lo mira extrañada, pareciera que hay algo que le impide disfrutar de un momento más, si bien al cabo de un rato conocerá a un nuevo cliente, el detalle y las maneras únicas con las que K la trata le hace pensar en otras posibilidades que su realismo desaparece rápidamente con un ligero mohín; recibe la "propina" junto a una apasionada despedida. K sale presto del lugar para dirigirse al cine, donde debía estar desde hace 5 minutos y M lo esperaba, Llegando al lugar él se le acerca por detrás, le toma la mano y con la otra la coge de la cintura para hacerla virar y darle un cálido beso en los labios, ella ya sabía de su llegada por la suave fragancia que la empezó a invadir, una fragancia que la altera y le hacen mover mecánicamente sus brazos alrededor del cuello de K, 'Discúlpame por la tardanza', le susurra K, a M no le importa ahora que están juntos, pues ella lo adora, y él... a ella.

No hay comentarios.: