mayo 23, 2005

Extravíos

No tengo palabras, necesito hallarlas, quizá verte la pasada mañana debajo del frío gris se convirtió en el motivo, y en la tarde el despertar de una revancha encarnada en el cuerpo de otra mujer se abrió a mis ojos, pero los cierro, a pesar que la realidad con manos de seda quiere abrírlos con la intención de curar la herida, esa que aún recuerda con el mismo terror de siempre al lejano cuchillo que la originó, la conciencia entonces te susurra que no temas, pero la verdad ya la conozco, sólo es volver a subir al trampolín y dejarse caer a un vaso de agua. Estrellarse otra vez.

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