Ayer viví con cierto desgano, no fui al gimnasio, me levanté pidiendo permiso y llegué apurado al trabajo. Sigo pensando en la perrada que hice y no me sienta bien. La vida está cara, los cuartos también y las parejas todavía más. Suéñame con intensidad, que te quiero ver igual a un montón de letras en el Skype.
Son las 9 de la mañana, he desayunado tinta y un papel bond con impresión atrás. Si viviera en un escritorio sería ese papel, esperando que alguien le dé uso secundario a la cara blanca que le queda. Como yo cuando escribí esto.
9:41. Tengo demasiada hambre...
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