enero 09, 2006

Puente

Me ubiqué en el sitio de siempre, un lugar con poca luz para no incomodar la vista y lo suficientemente alejado de la cocina para no agobiarme con el calor, al lado una enorme foto en blanco y negro pintaba un antiquísimo puente donde a veces alcanzo ver figuras asomándose para luego cruzar presurosas del otro lado, fantasmas de épocas pasadas bailando al compás que dicta el rio a metros debajo y con el sonido de sus pasos en función prolongada desde la fila de refrescos frente a la enorme foto. A cada pasada de la mesera ¡tic tac tic tac! y cruzaba un alma, ¡tic tic tac tic tic tac! saltimbanqui y las huellas de sus pasos casi se veian a lo largo de la estructura, ella, sosteniendo un vaso y 2 cubiertos se estacionaba en frente de mi mesa con un polo negro lo suficientemente ajustado y un pantalón amarillo bastante desgastado, provocándome un ligero asco por sacarme de ese tiempo de antiquísimos puentes y más por verla vestida con ese uniforme de todos los días, muy a pesar de su sonrisa brillando como los dos dientes de oro que lucía.

Luego de un momento de haberlo pedido llega el menú del día, lo mismo de siempre y vuelve el asco, la historia, el pasado. Bocado a bocado me prendo de la imagen, y busco otra vez a los espectros de hace un rato, afino la vista en los detalles de las casas, los faroles, el cielo del mismo gris que en invierno cubre la ciudad, los techos llenos de polvo y los desagües que hieren con cada pestilencia color uniforme de mesera el río que hasta ese entonces tenía vida, todo eso fue un presente, un hoy inexistente al punto de la negación de su paso por la línea del tiempo de no ser esa foto tomada a la distancia por un desconocido, contagiando el vértigo de quien la tomó, quizá él almorzaba lo mismo que ahora devoro con desgano en una mesa de mantel guinda lavado a medias y al lado de un asiento de cedro antiquísimo, casi contemporáneo con la foto y vacío, de pronto, se asomó el asco otra vez y ya no lo pude resistir, una extensa arcada comprimiendo el estómago subió por el pecho dispuesta a extraer todo lo que en ese momento había ingerido, palabras, recuerdos, sonrisas, tristeza, sueños, momentos, momentos, momentos, adioses, encuentros, sus labios, el mar, el parque, la tarde, la noche, no no no noche, no no no no es correcto, sus ojos, no...

Desde hace una semana vengo almorzando en otro restaurante.

No hay comentarios.: