junio 24, 2005

pre-sueño

Es llegar al mismo lugar y ver la misma cama, los mismos cuadros, la misma penumbra en la que doy de patadas al gato, la cabeza consumiéndose en una nevada y en el suelo dos lágrimas que se escapan para buscar ellas solas un pasado perdido, la sombra indiscreta suma a su indiferencia la grosería con que imita al cuerpo vencido, su presencia causa estragos en ese vacío perenne que clama humanidad, luego un grito mudo y una mirada perdiéndose en el claroscuro, juntar manos, relajar los sentidos atestiguando ese desvanecerse del ruido en la noche que es nuestra, hasta perder la conciencia, el anhelo, la vida, el deseo, sin preámbulos caer ciego a los abismos del sueño cobijado por paredes de luto y triste calor, son ojos que se cierran, una vez más.

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