marzo 05, 2005

Hablaban

Una pariente base 4 ha entrado en la manía de alimentar perros de la calle, tal vez influenciada por la época que vive, o por no tener otra cosa que hacer en vacaciones. Producto de ese amor maternal, (cabe mencionar que es soltera y nunca tuvo hijos), ya adoptó a tres, uno de los cuales adquirió derechos de estadía en la azotea de mi casa, muy a pesar de toda mi pataleta, y dos de ellos se encuentran "viviendo" en la casa de al lado, presumiblemente bajo alquiler, con lo cual rayaría la exageración y acabaría con mi paciencia.

Por x motivos, esta pariente ha tenido que salir de viaje y dictó una serie de normas de alimentación y cuidado que deben seguirse con sus engreídos en ausencia de su mater perrunus. Hoy al salir para el trabajo, ví a mi abuelo sacando a pasear a uno de ellos, me hizo gracia ver a un chusco con cara de no saber qué ocurre ni el motivo de su suerte atada a una cadena, le pregunto para qué lo saca si mi tia no está, me responde que "ella ha dejado dicho que lo saquen", "¡¿acaso el perro le va a decir que no lo has sacado?!" le increpé como fregando.

A unos pasos, noté que la dueña del local "presumiblemente alquilado" por mi tia nos estaba mirando y por ende escuchó toda la conversación, se me ocurrió preguntarle el precio del arriendo, se me ocurrió ser sarcástico y decirle que pronto le llevaré mi caballo, simplemente la saludé y me despedí de mi abuelo un poco incómodo, ya en el camino me terminé de convencer que si no sacara a pasear a aquel "can", el lindo animalito sí se quejará con mi tia al momento de su llegada y mira tú la que se armaría.

No hay comentarios.: