octubre 11, 2014
mayo 25, 2014
Curando Después de la Herida
Hoy, mientras lavaba el menaje, se me resbaló un plato y me hice dos cortes, uno ligero en la parte superior del dedo y otro más largo y profundo en la palma de la mano, el segundo corte empezó a sangrar por un momento hasta detenerse con un trozo de tela. Ahora veo una costra ligerísima debajo de la línea del corte, pero el olor a hierro de ese líquido rojo aún estaba ahí. Pensaba tomarle una fotografía, es más, lo hice, pensaba publicarla, no lo hice.
Hoy, vi una película un poco intensa pero calmó el ardor que asomaba en la flamante herida, descubrí también que algunas películas pueden ser calmantes para el alma, me hizo sentir un poco menos miserable ver la vida de alguien más miserable, quizá debí verla antes de lavar el menaje y sería menos miserable con una mano sin heridas, para la próxima.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)